domingo, 10 de mayo de 2015

"Feliz día mamá": Arquetipo y prácticas en celebración


Matriz. Causa, raíz u origen. “Hembra que ha parido” según la RAE. También “Hembra respecto de su hijo o hijos”. Demeter en la tríada en que acompaña a Hécate y Perséfone. La fertilidad y la cosecha. Alma mater. La Virgen María para los cristianos. La nana, la madrastra, la madrina, la suegra.

La madre.

Personalmente, hice un ejercicio de memoria revisando el rol de mi mamá en mi vida (la madre es tanto amor como sacrificio: miles de abrazos y consejos, pero también horas de desvelos y cuidados y comidas preparadas), de mi idea de maternidad, y de gratitud hacia mi círculo de amigas que, pese a no ser técnicamente madres, cuidan, quieren, nutren. ¿Qué es lo que celebra la Humanidad el Día de la Madre? 
 "Lo «maternal»: por antonomasia, la mágica autoridad de lo femenino; la sabiduría y la altura espiritual más allá del intelecto; lo bondadoso, protector, sustentador, lo que da crecimiento, fertilidad y alimento; el lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto o impulso que ayuda; lo secreto, escondido, lo tenebroso, el abismo, el mundo de los muertos, lo que devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable." 
Jung consideró la idea de “madre” como uno de las representaciones de la mujer en Arquetipos y el Inconsciente colectivo, y es curiosa la asociación a la mitología. Fernando Rísquez desarrolla varios arquetipos en el libro Aproximación a la feminidad, y dice: 
“Los cuentos mitológicos tienen edad porque al echar uno un cuento, se es un ser humano y todos los cuentos se cargan de humanidad, tienen la tremenda calidad de ser profundamente egoístas. Cuando uno dice Gaia, o Rea, o la Tierra, ya la carga de humanidad y ve una señora grande, muy grande. Cuando uno dice Urano, o el Cielo, ve un señor grande que le cae encima a Gaia…”
El capítulo que Rísquez le dedica a Demeter se titula “Las dos vertientes de la feminidad”, y allí desarrolla el mito de Demeter en su carácter dual y complementario ligado a Perséfone (o Kore), la doncella y la madre, la separación y el reencuentro. Precisamente los griegos tenían una celebración de la maternidad, consagrada a la madre original, Rea. Aunque muchas diosas portan intrínsecamente el papel de fecundación, sea por aceptación o por negación, madres y vírgenes son el origen. La madre es la referencia, a partir de allí se es o no se es. A los cristianos se les ocurrió celebrar la maternidad también a través de una figura que reúne ambas facetas en la poética contradicción de la madre virgen. 

Ya pisando la modernidad, Julia Ward Howe publicó la proclama que hoy leí por primera vez, especie de manifiesto que, tras la adopción oficial de la fecha en Estados Unidos en 1914, dio lugar a la celebración contemporánea, para irónica felicidad de floristerías y tiendas de electrodomésticos. 
¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice '¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.