Hoy aprendí que en las bodas árabes se canta el yu-yu, la forma descomplicada de aludir al Zaghareet, como una invocación de alegría para la pareja que se casa. También sirve para ahuyentar a los malos espíritus. Son las mujeres las que cantan, y las más jóvenes se acercan a la novia para recibir también los buenos ánimos y la alegría que el yu-yu transmite.
De manera parecida, yo pasé ésta, mi primera boda, con la tradición occidental-católica de usar algo prestado, algo que trae suerte. Hablé con Max para que me prestara su cámara fotográfica un par de días mientras consigo arreglar la mía, y me la dejó una semana. Conocí a Gaby hace quince días y confió en mí para este trabajo. Hablé con Adrien ayer por primera vez y él me llevó y me trajo de la banlieue parisina en un carro al son de Louis Armstrong y Nina Simone.
Igual yo absorbí algo del yu-yu.