Here is to you, fantastic reality: The old lady and her bottle
An old lady and her bottle of water challenging my prejudices. I tried to draw her from memory after she was gone but then, as she spent several minutes on different benches, I couldn't help but take her photo.
Estaba sentada dibujando en un banco del Buttes Chaumont. La persona que pasa frente a mí, con una falda azul brillante, se detiene, y es imposible no subir la mirada a ver qué pasa.
Una viejita, de esas con las arrugas entrecruzadas y los ojos chiquitos me veía también, mientras balanceaba en una mano una bolsa plástica azul, casi tan brillante como su falda; y me murmuraba, en un francés dulcificado por algunos dientes de menos, algo que no pude entender completamente sobre los baños y el agua. Como buena arribista, le ofrecí mis excusas por no poder ayudarla, y cuando me ofreció la bolsa, en la que llevaba una botella de agua, sonreí cobardemente y la dejé a mi lado en el banco. Forcé el fin de la conversación bajando la vista a mi cuaderno; y cuando sentí que la falda azul brillante empezaba a alejarse, empecé a dibujarla de memoria, alguna cosa me impedía volver a fijarme en ella, no era justo escrutarla así a la distancia si apenas hacía unos minutos la había tenido al frente y no le había visto más que la cara.
Afortunadamente la botella no se movió; y cuando su dueña volvió de lo que había resultado ser la búsqueda de un baño público, la bolsa seguía allí esperándola, fria gracias al otoño.
Me dijo "gracias por cuidarla" y volví a sonreírle. Esta vez si me detuve unos minutos a contemplarla. Tanto, que pude ver como se desplazaba de banco en banco, reposando en cada uno algunos minutos. Al final creo que encontró el asiento perfecto, con un baño de sol incluído. Allí, a unos bancos de distancia, no me resistí a tomarle una foto.